Nacido en Austria a principios de los 60, el espíritu aventurero llevó a Thomas Sabo a recorrer ya de joven continentes lejanos y a embarcarse después en un ambicioso proyecto. En 1984 este emprendedor visionario y gran entusiasta de las joyas fundó su propia empresa sentando así las bases de una trayectoria fulgurante.
Con una intuición infalible por las tendencias, gran pasión por las joyas y una vista certera por las evoluciones futuras, Thomas Sabo ha dotado el mercado de la joyería en plata de una imagen completamente nueva, a la vez que ha redefinido su filosofía.El vertiginoso crecimiento continuo de la empresa THOMAS SABO le exige plena atención y entusiasmo. Si bien hoy en día Thomas Sabo sigue recorriendo el mundo, ahora lo hace para seguir ampliando y asentando su negocio.
Thomas Sabo es un hombre incansable, que siempre tiene que estar impulsando algo, que sorprende en todo momento con nuevas ideas. Todo ello, eso sí, sin dejar de tener nunca los pies sobre la tierra. Con su instinto por lo bello, consigue que las joyas que llevan su nombre siempre sean de rabiosa actualidad y sigan siéndolo.
Thomas Sabo también es un gran entusiasta de los deportes y amante de la música y se le puede encontrar en acontecimientos deportivos de lo más variados, así como en festivales al aire libre. Sin embargo, no lo hace con frecuencia, ya que el escaso tiempo libre del que dispone prefiere dedicarlo mayormente a su familia.
Ama a las personas y al mundo, lo que se canaliza, por ejemplo, mediante un destacado compromiso social. Padre de dos hijos, le interesan sobre todo los temas que afectan la infancia y la juventud. Para concretar este compromiso impulsa, junto con su esposa Luz Enith, proyectos solidarios regionales e internacionales.